Topónimos, exónimos y endónimos: cómo traducir los nombres de las ciudades
Author
Berlitz
¿Londres o London? ¿Beijing o Pekín? ¿Alguna vez te has preguntado si debemos traducir los nombres de las ciudades? Saber distinguir entre cuándo debemos hacerlo, y cuándo no, es uno de los muchos retos comunicativos con los que nos encontramos cuando hablamos en una lengua diferente a la nuestra. Por suerte, existen una serie de normas y recomendaciones que pretenden resolvernos las dudas.
Una norma general solo para los exónimos
Un topónimo es el nombre propio de un lugar, ¿pero qué sucede cuando tenemos que mencionar un lugar en otro idioma? En el caso de las ciudades, sus nombres se clasifican en exónimos y endónimos. Por un lado -según la Fundéu, la fundación de la Agencia EFE y la Real Academia Española (RAE) para el buen uso del español en los medios de comunicación-, un exónimo es el nombre de un topónimo traducido a una lengua extranjera. Es el caso de ‘Nueva York’, que viene del inglés. En cambio, el endónimo es el nombre de la ciudad en su idioma original. En este caso, el endónimo sería ‘New York’, nombre de la ciudad en inglés sin traducirse.
La traducción, o no, de los topónimos genera mucho debate entre la población. Sin embargo, la única norma a la hora de traducir es que, si existe un exónimo, debe utilizarse. Así que únicamente debemos traducir los nombres de las ciudades en aquellos casos en los que exista una traducción oficial. Normalmente, esto ocurre al hablar sobre ciudades importantes o históricas. En estos casos, sí que debemos usar el exónimo. Por eso en castellano solemos decir ‘Nueva York’ en vez de ‘New York’ y ‘Londres’ en vez de ‘London’.
¿Y cuando no hay exónimo?
Por el contrario, si no existe una traducción oficial, no hay lugar a dudas. Cuando estemos hablando, en los casos en los que no exista un exónimo, solo se podrá utilizar la palabra en el idioma original. Al escribir, la recomendación también es emplear la denominación original, pero utilizando las cursivas añadiendo una aclaración entre corchetes o como nota al pie de página siempre que se pueda.
¿Y si los idiomas no comparten el mismo alfabeto?
El reto comunicativo se intensifica cuando dos personas no comparten el mismo
alfabeto. En estos casos, la traducción del topónimo suele ser una representación
fonética de la denominación usada en el alfabeto original. No obstante, algunos
nombres han generado confusión en los últimos años. Es el caso de la capital de China,
conocida como Beijing o Pekín. Aunque ambas expresiones son correctas, la RAE
recomienda usar Pekín. Beijing, por ejemplo, empezó a usarse a raíz de los Juegos
Olímpicos, pues las autoridades usaron esa denominación y pasó a utilizarse de
manera común. Con el tiempo, hemos vuelto a la fonología tradicional y se ha
recuperado el nombre de Pekín.
Un reto que se extiende entre lenguas co-oficiales: ¿Lleida o Lérida?
España es un país con una gran riqueza cultural gracias a su diversidad lingüística. Entre la población coexisten seis lenguas oficiales (castellano, catalán, valenciano, gallego, euskera y aranés) entre las cuales traducir o no los topónimos también es un reto y a menudo un punto de cierto desacuerdo social. De nuevo, según Fundéu, se recomienda utilizar la palabra traducida al castellano, como ‘Lérida’ o ‘Gerona’. En cambio, en los documentos oficiales de ámbito estatal, como cartas a la Administración, el organismo recomienda escribir en la lengua que corresponda, en este caso en catalán, es decir, ‘Lleida’ o ‘Girona’.
La influencia del contexto socio-político en la Guerra de Ucrania
En los últimos meses, se ha reabierto de nuevo el debate sobre seguir o no las normas lingüísticas al pie de la letra cuando cambia el contexto político. Tras el inicio de la invasión rusa sobre Ucrania, la Asociación de Hispanistas de Ucrania puso sobre la mesa su preocupación en torno a cómo se estaban traduciendo los topónimos ucranianos a otros idiomas. En muchos idiomas, la transliteración de los nombres de las ciudades de Ucrania se ha hecho históricamente desde el ruso, ya que es una lengua comúnmente empleada en los países que formaron parte de la Unión Soviética.
Por este motivo, al estallar la guerra en febrero, periodistas de medios españoles sustituyeron el término ‘Kiev’ por ‘Kyiv’, ya que ‘Kyiv’ es como realmente suena el nombre de la ciudad en ucraniano. En este caso, nos encontramos con una cuestión con una connotación política en la que, por razones obvias, muchos medios optaron por modificar este exónimo por solidaridad y cercanía al pueblo ucraniano. De todos modos, la RAE sigue recomendando el uso de la palabra ‘Kiev’, ya que ‘Kyiv’ incluye una ‘y’ con valor vocálico en el interior de la palabra, lo cual es un rasgo ajeno a la lengua española.
Para obtener más información sobre cómo aprender un idioma online o inscribirte en una clase de idiomas online, ponte en contacto con nosotros.