idiomas - Cómo fue que surgieron y de dónde provienen
Author
Berlitz
Es probable que alguna vez te haya rondado por la cabeza la pregunta sobre quién sería la primera persona que intentó comunicarse usando su voz, ¿Cómo sería para aquel ser humano emitir un mensaje? Y aún más interesante sería saber de qué manera se han desarrollado los idiomas a través de los milenios, siglos, años.
Veamos algunos datos interesantes sobre cómo se comenzó a comunicar la gente, el posible origen de los idiomas y las familias de lenguas que existen hoy en día.
La comunicación
Es bien sabido que la comunicación es esencial para todo ser vivo. Pero en sí, ¿qué es la comunicación? De acuerdo al diccionario en línea de la Real Academia Española, podemos definir comunicación de diferentes maneras, siendo una la que más nos interesa aquí:
Transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor
Esta definición puede darnos a entender que comunicar es la acción de transferir alguna clase de información entre dos o más seres, porque, seamos realistas, los animales también se comunican con un lenguaje propio de cada especie, sin embargo, el mensaje que transmitimos entre los humanos no siempre se ha dado de la misma manera y hemos desarrollado un sistema más complejo de lo que parece, la evolución se ha visto presente en los idiomas a través de los tiempos.
Existen diferentes tipos de comunicación que podemos utilizar, alrededor de 28 tipos distintos con base en el canal usado, el número de participantes, el canal sensorial, dependiendo del canal tecnológico y hasta hay tipos de comunicación diferentes según el uso, estos son algunos de los tipos más fácilmente reconocibles para todos:
- Verbal
- No verbal
- Escrita
- Visual
- Individual
- Colectiva
- Interpersonal
- Intrapersonal
- Comunicación masiva
¿De qué manera comenzamos a comunicarnos?
Hay evidencia de que las primeras formas de comunicación (a través de pinturas rupestres, imágenes o pictogramas, esculturas, petroglifos, etc.) aparecieron en nuestro planeta hace aproximadamente 70,000 años. Podemos hablar de una muy efectiva forma de comunicación en la prehistoria como lo eran las señales de humo, las cuales ayudaban a algunas civilizaciones a señalar sus territorios o a enviar mensajes de posibles amenazas para el hombre.
Así mismo, durante el paleolítico superior el hombre comienza a dejar muestras de una forma de comunicación visual, con las pinturas rupestres, las cuales podían mostrar diversas temáticas: desde prácticas culturales y escenas de caza, hasta imágenes que podrían proveernos información de temáticas religiosas de la época hasta el primer “calendario” del que tenemos registro; ejemplos de estas primeras manifestaciones las podemos encontrar en la Cueva de Chauvet (cuyas pinturas datan del 30,000 A.C.) o en las famosas cuevas de Altamira, entre muchas otras.
Dado que durante la prehistoria no existía la escritura, ha sido un tanto complejo para los lingüistas descifrar cómo es que los antiguos hombres se comunicaban, probablemente gruñendo, con gestos o con mímica y se ha encontrado que todas estas expresiones junto con las pinturas rupestres fueron una parte crucial para que el hombre desarrollara sus habilidades
Pero… ¿Y los idiomas?
Los gestos han sido ampliamente estudiados por los académicos, y estos han aprendido (al estudiar principalmente a los simios y su comunicación a través de gestos) que estos movimientos corporales constituyen una parte importante de la interacción social, y en un momento dado pasó lo mismo con el hombre, creando una relación entre la gesticulación y el posterior desarrollo del lenguaje hablado y los idiomas. La comunicación por gestos y la capacidad de imitación contribuyó a la creación de una proto-lengua.
Un estudio realizado en 2011 por el profesor Quentin Atkinson reveló que es probable que el origen de todos los idiomas sea el mismo: algún punto del sudoeste africano, a esto se le llama proto-lengua, o lo que es lo mismo, la lengua original o lengua madre de la que se derivarían todos los idiomas.
En la historia de la humanidad podemos ver que hay dos maneras en las cuales una proto-lengua podría haber generado diferentes idiomas:
- Una misma lengua original utilizada por muchos hablantes que se expandieron fuera del lugar en dónde se hablaba inicialmente.
- La lengua aprendida por las personas ajenas a cierta comunidad y que, al aprenderla, la mezclaron la propia.
En cualquiera de los casos, la lengua original sufriría ciertas modificaciones hasta que no se entendería más la original. Tal es el caso de las diferentes familias de idiomas que comparten ciertos rasgos en común (como las derivadas del latín) pero que también ostentan grandes diferencias fonéticas o gramaticales.
Antes de continuar, recordemos la diferencia básica entre lengua e idioma. Una lengua es un sistema de signos fónicos o gráficos con el que se comunican los miembros de una comunidad humana, mientras que el idioma es la lengua de un pueblo o nación, o lengua que lo caracteriza; en cierta forma, el idioma es como una subcategoría de la lengua que involucra una región y que tiene implicaciones políticas y administrativas.
Familias lingüísticas
Una familia lingüística es un grupo de idiomas que tienen rasgos en común y que están emparentados históricamente, estos idiomas derivan de una lengua en común y tienen la misma genética lingüística.
Hay un gran número de familias lingüísticas a las cuáles pertenecen todos los idiomas del mundo, habiendo algunos que incluso siguen sin clasificarse por no encontrar suficientes similitudes con estas familias existentes.
Hay dos referentes populares para catalogar y contabilizar las familias de idiomas, “The Ethnologue: Languages of the World”, cuya primera edición de estudios de familias lingüísticas es del año 1951 y que en el año 2021 publicó su edición número 24, contando hasta 7,139 idiomas vivos clasificados en 13 familias:
- Níger-Congo (1 538 lenguas) (20,6%)
- Austronesia (1 257 lenguas) (16,8%)
- Trans-neoguineana (480 lenguas) (6,4%)
- Sinotibetana (457 lenguas) (6,1%)
- Indoeuropea (444 lenguas) (5,9%)
- Australiana (378 lenguas) (5,1%)
- Afroasiática (375 lenguas) (5,0%)
- Nilo-sahariana (205 lenguas) (2,7%)
- Otomangue (177 lenguas) (2,4%)
- Austroasiática (169 lenguas) (2,3%)
- Tai-Kadai (95 lenguas) (1,3%)
- Dravídica (85 lenguas) (1,1%)
- Tupí (76 lenguas) (1,0%)
La otra guía de referencia de familias lingüísticas es la base de datos llamada “Glottolog”. La edición 2.4 nos muestra 425 familias lingüísticas, además de incluir 75 familias de lenguas de señas y otros idiomas y lenguas aislados.
Estas familias lingüísticas comúnmente se estudian en forma de un árbol genealógico, en el cual podemos ver las diferentes ramas gruesas que tiene el árbol y cómo van derivando los idiomas según la familia en ramas más pequeñas.
La historia y los idiomas actuales
A lo largo de los siglos hemos visto conquistas, guerras y cambios de imperios que han obligado a la humanidad a ir modificando poco a poco el idioma que se habla en alguna población, ciudad, región o país para adaptarse a los nuevos regentes.
Tal es el caso de estas tres ramas de familias lingüísticas: la indoeuropea románica, la indoeuropea germánica y la indoeuropea indoirania. Estas están presentes en la mayoría de los idiomas hablados en Europa, Gran Irán y Asia meridional, lo cual representa cerca de 3,200 millones de hablantes.
Lenguas romances
Tienen su origen en el latín vulgar, o también llamado el latín del pueblo, que era la lengua hablada por la gente común; este tipo de latín fue el idioma que se expandió entre la población general cuando el catolicismo se asentó en las comunidades del Impero Romano y que además se mezcló con los idiomas y dialectos de las zonas conquistadas, de ahí su nombre: romances por ser los “idiomas del amor” pero también por su conexión directa con Roma.
Los idiomas pertenecientes a las lenguas romances comparten vocabulario y muchas características lingüísticas como gramática a pesar de algunas diferencias fonéticas.
Dentro de la rama indoeuropea de las lenguas romances encontraremos idiomas derivados del latín vulgar como son el español, el portugués, el francés, el italiano y el rumano, que ostentan el título de “idiomas oficiales”; pero, también existen otras que tal vez tienen menos implicaciones políticas y culturales como son el catalán, dálmata o el sardo, pero que en sus regiones tienen una gran importancia.
Lenguas germánicas
Esta segunda subcategoría de la rama indoeuropea comprende otras tres ramas más pequeñas: las lenguas germánicas occidentales, nórdicas y orientales. Esta última categoría contiene las lenguas ya extintas como el gótico (que fue la primera lengua germánica de la que tenemos conocimiento, perteneciente al pueblo Godo durante el siglo II a.C. y hasta aproximadamente el siglo VII d.C. cuando cayó en desuso y murió), el vándalo y el burgundio.
Las lenguas germánicas occidentales comprenden idiomas como el inglés, alemán y holandés. En las lenguas germánicas nórdicas encontramos todos los idiomas de los países escandinavos como el noruego, feroés, islandés, sueco y danés.
Todos estos idiomas están relacionados de una forma lingüística similar a lo que sucede con las lenguas romances, los idiomas germánicos tienen sus bases en los antiguos alfabetos rúnicos y el gótico. Por diversos métodos de gramática comparada se ha podido establecer relación entre estos idiomas, llevando a una proto-lengua germánica que dio vida a todos los demás idiomas de esta rama.
Lenguas indoiranias
Son los idiomas que descienden de las antiguas lenguas habladas por los habitantes de la zona Indo-iraní que hoy en día comprende el norte del territorio de Afganistán. Se trata de una rama de idiomas que abarcan una parte de Europa, el Medio Oriente y algunos países en Asia.
Están subclasificadas en lenguas indoarias como el sánscrito, un idioma muy usado en la antigüedad clásica de la India, el Rigveda o himnos para los dioses es un ejemplo clave en este idioma; lenguas iranias que en la actualidad hablan alrededor de 150 millones de personas con idiomas como el avéstico, persa antiguo y el iranio moderno; y por último las lenguas nuristaníes, que se hablan aún hoy en día en la región de Nuristán, Afganistán.
Otros idiomas comprendidos en esta rama son el hindi-urdu, bengalí, persa, baluchi, pashtu, dhivehi, cingalés, nepalí, osetio, kurdo y romaní (que es principalmente hablado por los gitanos en casi toda Europa)