Ventajas de aplicar el liderazgo situacional en el trabajo
Adaptarse a las cualidades y habilidades, así como a las situaciones de la vida laboral es la clave para ser más exitoso dentro de la empresa.
La vida laboral de cada uno de nosotros está en constante cambio y movimiento. Además, día con día surgen nuevas teorías sobre cómo llevar el liderazgo en una empresa de manera efectiva, abarcando desde el líder autocrático, el líder democrático y pasando por la teoría del líder laissez-faire hasta llegar al liderazgo situacional, que es en el que nos enfocaremos por ser muy efectivo al momento de liderar una empresa por su flexibilidad de acción.
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Liderazgo que se adapta, motiva e inspira
El enfoque del liderazgo situacional apareció en 1969, creado por Paul Hersey y Ken Blanchard y publicado en su libro Management of Organizational Behaviour. Este nuevo tipo de liderazgo propone que los líderes tengan una referencia flexible y adaptable al entorno laboral particular, las necesidades del equipo y los miembros de este.
Algunas de las características que debe mostrar un buen líder situacional son: adaptabilidad, capacidad de evaluación, comprensión de las necesidades, comunicación efectiva y empatía, la teoría situacional explica que, con este conjunto de habilidades de parte del líder, estaremos más cerca del éxito.
Así mismo, el líder de la teoría situacional no solo se adapta a las necesidades del equipo, sino que también puede adaptarse a las circunstancias que se presenten en la empresa, modificando el enfoque de acción según sea necesario para que el proyecto salga adelante.
4 estilos, 4 maneras de adaptarse
El liderazgo situacional propone 4 maneras diferentes de llevar a cabo el liderazgo en una empresa. Recuerda que puedes elegir el que mejor se adecúe a la situación particular que esté atravesando el proyecto o empresa.
Estilo 1 – liderazgo directivo, o de guía.
El liderazgo directivo se enfoca en proveer una amplia y estricta guía para que los empleados inexpertos puedan realizar los procesos de la mejor manera y logren cumplir los objetivos propuestos. Se puede aplicar a “corto plazo”, ya que está destinado a usarse con los empleados que aún no tienen la confianza de realizar las tareas autónomamente.
El líder tendrá que decirles qué hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo y qué resultado deberá haber; además, el líder supervisará las acciones del empleado. Es importante que el líder se vaya adaptando a la respuesta del empleado conforme al actuar del mismo y proporcionar una retroalimentación.
Estilo 2 – liderazgo de supervisión y coaching
El liderazgo de supervisión y coaching sería la segunda etapa del liderazgo situacional, en esta el líder tendrá un rol más relajado de supervisión puesto que el empleado ya posee más experiencia y motivación, sin embargo, debe seguir siendo una guía para el empleado, además de darle un reconocimiento por las acciones que realiza y reforzamiento de las habilidades.
El liderazgo de supervisión ya no se enfoca solo en decir qué, por qué y cómo hacer algo, sino que adicionalmente explica por qué hay que hacer cierta actividad, tiene una comunicación más abierta con el empleado y tiende a explicar las decisiones tomadas.
Estilo 3 – liderazgo participativo o colaborativo
El líder que adopta el liderazgo participativo se encuentra con empleados que ya poseen mayores conocimientos de cómo funcionan los procesos en la empresa, es decir, tienen la experiencia y la madurez necesaria para trabajar de una forma en que la responsabilidad es compartida entre el equipo de trabajo. Se puede decir que es un tipo de liderazgo que se acerca a la democratización en la toma de decisiones y al asesoramiento.
En esta etapa el líder puede enfocarse en sus actividades, mientras que el equipo goza de mayor autonomía. Es crucial que el líder escuche activamente a sus empleados y se involucre colaborativamente, es decir, en equipo.
Estilo 4 – liderazgo delegador o empoderador
Este último estilo de liderazgo se aplica cuando el equipo o el empleado posee una gran experiencia y puede trabajar de manera libre. El líder mostrará que tiene total confianza en el equipo y solo supervisará a distancia. Aquí el líder presentará al equipo los resultados esperados y confiará en que podrán llegar a ellos autónomamente.
El líder permite que los empleados tomen decisiones relacionadas con las tareas a realizar, refuerza la importancia de obtener los resultados esperados, es accesible, y confía en que el empleado puede trabajar de manera autónoma, informa a sus superiores del progreso obtenido, y en general, trabaja en un estándar alto.
Ventajas del liderazgo situacional
Como mencionamos antes, existen muchos tipos de teorías de liderazgo y gracias a esto tenemos un amplio abanico de posibilidades para elegir lo que mejor funcione en nuestra situación particular, y por ello el liderazgo situacional tiene tantas ventajas:
Método flexible
Favorece la productividad
Mejora la comunicación
Busca una influencia multidireccional
Permite que los líderes lleven a cabo un cambio en el comportamiento
Centrado en los miembros del equipo
Entorno de trabajo positivo
Motiva a los empleados
Busca la innovación, creatividad y autonomía
Interpreta y responde asertivamente a los cambios del entorno
Retiene el talento dentro de la empresa
Aplicando el liderazgo situacional
Parece muy sencillo el adaptarnos a las circunstancias, pero la realidad es que necesitamos prepararnos para ello. Afortunadamente, Hersey y Blanchard han propuesto 6 fases en las que debemos enfocar nuestros esfuerzos al momento de seguir su modelo de liderazgo situacional:
Diagnóstico – es el primer contacto con una situación en particular, aquí debemos identificar los diferentes factores que pueden beneficiarnos o desfavorecernos. Además, debemos tener claros los objetivos y necesidades del proyecto en particular.
Preparación – la preparación se refiere a preparar el camino para que el proyecto pueda salir adelante, es decir, detallar qué actividades se realizarán y cuáles serían las circunstancias óptimas.
Valoración – revisar en qué punto se encuentra el proyecto o equipo en ese momento y evaluar cuánto falta para llegar al objetivo.
Motivación – el líder deberá hacer un minucioso trabajo para identificar factores como la motivación del empleado, confianza y compromiso del equipo para poder fortalecerlos.
Madurez – se trata de evaluar el grado de madurez de cada miembro del equipo, así como su experiencia y su nivel de desarrollo.
Selección – como su nombre indica, es el momento de seleccionar el tipo de liderazgo que más convenga con base en los 5 puntos anteriores (liderazgo directivo, de supervisión, participativo o delegador)
Estos 6 pasos resultan muy efectivos para aplicar la teoría situacional, pero siempre hay que estar conscientes de que, al ser un modelo muy flexible, también nosotros debemos serlo y deberemos realizar una nueva evaluación cada cierto tiempo para revisar que el tipo de liderazgo elegido siga siendo el más efectivo de acuerdo a la situación o avances en el proyecto.
Además, una forma muy interesante de mostrarle tu adaptabilidad como líder a los compañeros del equipo de trabajo es teniendo en mente su crecimiento profesional. La mejor manera de apoyar y motivar a tu equipo de trabajo es teniendo en cuenta que un profesional competente en diferentes idiomas, es más propenso a tener mayores oportunidades de crecimiento. Berlitz on Demand, es el programa que le permitirá a tus empleados aprender un nuevo idioma a su propio ritmo y de manera rápida y efectiva.